Un año sin primavera de Sofía G. V.

abril 24, 2020


Un año sin primavera es un pequeño poemario muy especial, puesto que no es de alguien con un nombre conocido. No me ha llamado la atención, especialmente, el hecho de que lo haya escrito en la actual cuarentena, sino que la autora lo ha escrito sin filtro.
No entiendo demasiado de poesía. Es igual. Estos poemas son maravillosos y en ciertas ocasiones también me veo reflejada en las palabras de Sofía. La autora nos habla de muchísimos temas importantes para ella como la depresión, la lucha por seguir avanzando o el amor entre otros temas. Pero para mi los dedicados a la deconstrucción como mujer me han encandilado especialmente por su fuerza. 

<<A todas las mujeres nos han convertido en enfermeras de campaña, en salvadoras silenciosas que cosen heridas abiertas sin jactarse de ser capaces de restablecer lo que ha pulverizado la naturaleza, y yo nunca he sabido que me acompañaban todos esos instintos que pareciera que se gestan en el vientre de nuestras madres pero que en verdad se gestan en la placenta de la humanidad desde hace siglos, pero ahora de repente quiero ser la que sujete un pañuelo húmedo en tu frente cada vez que tengas fiebre, la santa que te cure de todos los males imponiéndote mis manos, la mujer que reza a los pies de tu cama pidiendo por tu salvación eterna.
Puede que mi bisabuela que siguió a mi abuelo de prisión en prisión durante la guerra estuviese orgullosa de mí, y puede que me aborreciera la mujer del futuro que quiera emanciparse de estar eternamente destinada a dar cuidados.
No lo sé.
Yo solo sé que es complicado ser una mujer nueva cuando a veces ni siquiera sabes qué quieres ser y te gustaría limitarte únicamente a querer con todas tus fuerzas y que eso sea suficiente. >>

Como final os comparto otro trozo de poemario que habla sobre la necesidad de la autora de ser madre y es tan precioso.

<<A veces pienso en que hay mujeres que están secas por dentro y no pueden concebir hijos y siento pánico de ser una de ellas.
Creo que quiero ser madre desde la primera vez que vi a la mía en la cama de un hospital tras haberme dado a luz. El primer fotograma efímero con el que empiezan todas las vidas aunque nadie lo recuerda.
Quiero que mi gorrión apriete sus plumas contra mis costillas, que me confunda con la madre que en realidad le ha abandonado, que me busque en la espalda dos enormes cicatrices causadas el día en el que a todas las niñas nos arrancaron al mismo tiempo las alas.>>

Enlace del ebook en la página de Letku.
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